Testimonios

Una de las más prestigiosas actrices de teatro, cine y televisión de Argentina. Fue Diputada en el Congreso Nacional de la República Argentina, fallecida el 26 de enero de 2012.

El CELCIT: un sueño que sucede

Difícil explicar en pocas líneas qué es el CELCIT para mí.

Ni sabía que existía en 1988. Un llamado de Cancillería, y ya estábamos en marcha para ir a Venezuela, luego a México.

Llegué a Venezuela, me albergaron en San Bernardino, ranitas que me acompañaban por la noche y aún me acompañan. Una bella señora me dice: “Soy Elena”, y yo respondo: “Y yo, Mabel”. Y un despertar con boquerones… Y una corriente de afecto y ternura que se trazó entre nosotras, casi, casi, como dibujada con un lápiz.

Luego, una tarde, se abrió una puerta y apareció Luis Molina.

Ser parte del CELCIT

Y comencé, de a poco, a entender qué es el CELCIT, que es como un sueño. Algo que a uno le sucede. Eso es el CELCIT.

Soy una elegida, a mí me sucedió.

Hay locos sueltos en el mundo, y yo me encontré con ellos, gracias a Dios.

El CELCIT es un respiro. Es decir, como hoy puedo decirlo: “Me tomo un avión, con el miedo que le tengo, y me voy a Almagro a disfrutar de Elena y Luis, de sus sueños, de sus locuras, porque no quiero dejar de ‘participar’ de esta etapa de mi vida.”

Una nueva mirada sobre el teatro

He cambiado mi óptica, mi mirada sobre esta maravillosa profesión que es ser actriz después de conocerlos, de vivir entre ellos, de compartir Argentina y el extranjero, tomando mate en cualquier lugar, hablando hasta la madrugada.

Y en estos últimos años, disfrutando de una planta, un árbol que se plantó y al año siguiente ha crecido tanto que da envidia. De los riegos, La Veleta, la calefacción, los ventiladores de techo… Poder llevar a los nietos para que vean y comprueben lo que se les ha contado.

El cuarto del Quijote que existe y no es cuento, y que el Quijote no ha muerto: se renueva de vez en cuando, como cuando Luis Molina decide decir, como Garay, el adelantado que llegó a Buenos Aires: “AQUÍ”, y planta banderas en Almagro.

El deseo de volver

Y la necesidad que tiene una de tomarse un avión e ir a ver a los amigos, aunque solo sean unos días.

Y esperarlos en Buenos Aires para una muestra.

Y de pensar en Agüimes, solo para estar unos días con esos entrañables amigos que la vida nos supo deparar.

Larga vida al CELCIT

Larga vida al CELCIT, es mi deseo.

Larga vida a esos locos divinos que tanto amo, y este pequeño testimonio del mundo que me hicieron descubrir.

Con todo mi cariño para Luis y Elena.