Tras consolidar los antecedentes y evidenciar la necesidad de unir esfuerzos en el ámbito teatral, la Federación de Festivales de Teatro de América surgió como el antecedente directo del CELCIT. Con el fin de coordinar y potenciar el intercambio cultural, se organizaron numerosas actividades: talleres, coloquios, conferencias y dictados por maestros de América Latina y España. Este movimiento tenía como objetivo crear herramientas permanentes de trabajo que permitieran romper definitivamente el aislamiento teatral.
En 1975 se convocó el I Encuentro de Dirigentes Culturales de América Latina en Caracas, un evento que reunió a personalidades representativas del teatro y que evidenció la urgencia de contar con una institución coordinadora. Fue en ese contexto que nació el CELCIT, concebido para materializar la integración y la promoción del teatro iberoamericano.
La sede del CELCIT se estableció en una casa cedida por el Ateneo de Caracas, convirtiéndose en el núcleo de la institución. Allí se organizaron oficinas, una biblioteca y, en el patio, un escenario a cielo abierto que sería testigo de innumerables presentaciones y encuentros. Los primeros colaboradores, con su compromiso y visión, cimentaron la estructura interna, dando inicio a una trayectoria que transformaría el panorama teatral en Iberoamérica.
Este post recoge el momento en que, a partir de una idea ambiciosa, se gestó una institución que, a lo largo de las décadas, ha impulsado cambios y generado un impacto duradero en la vida del teatro. Sus primeros pasos siguen siendo la piedra angular de una historia que, hoy a los 50 años, celebra su legado.