IV Salón del Poema Ilustrado

Poetas y artistas plásticos han combinado su creatividad y sus quehaceres durante los últimos meses, lo que ha dado lugar a una serie de obras conjuntas que durante todo el mes de abril podrán contemplarse en el Museo López Villaseñor bajo el nombre del IV Salón del Poema Ilustrado. La idea, promovida por el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit), se ha plasmado en 36 obras, que permanecerán en la galería de la que fuera casa solariega de Hernán Pérez del Pulgar entre los días 30 de marzo y 29 de abril.

La propuesta reúne las aportaciones de 36 poetas y 33 pintores, aunque en cinco casos el poeta y el pintor son la misma persona. La mecánica de trabajo ha sido sencilla, en un primer momento, desde que el director del Celcit, Luis Molina, decidió que era el momento de preparar la cuarta convocatoria de este salón, María José Mayu Redondo y Diego Farto, en calidad de coordinadores, se lanzaron a formar una lista de poetas y otra de pintores a los que les pudiera interesar esta iniciativa. Tras varias semanas de reunir nombres, consultar disponibilidad y recurrir a amigos de amigos, se formaron las dos relaciones.

Muchos de los escritores consultados tenían ya pensado quién podría ser el artista que convirtiera sus imágenes poéticas en expresiones de color. Así, algunos de los pintores, tres en concreto, se encontraron haciendo doblete. Otros, directamente se decidió desde la organización, sin ningún tipo de planteamiento previo. Hay que precisar que la cifra de 33 artistas se alcanzó gracias a la colaboración de la Escuela de Pintura Sol Plaza y de la Galería Artem, que además ha hecho funciones de punto de enlace para dejar documentos y obras o incluso punto de cita entre poetas y pintores.

Los poetas debían presentar una composición de un máximo de 25 versos, sobre la que un artista plástico realizaría su pintura. Como condición inexcusable, las bases planteaban que el poema debería estar inserto en el lienzo. Esta norma obligaba al artista a plantearse de que forma trasladaría los versos a su soporte. La cuestión ha propiciado diferentes soluciones, unas veces con técnicas cercanas al collage y otras en las que el poema se copió directamente sobre un lienzo. El contraste entre las diferentes formas de enfocar la cuestión es ya uno de los muchos puntos de interés para visitar la exposición. Pero también las diferentes formas de concebir la poesía y la pintura.

Los seguidores del arte de la palabra van a encontrar tanto versos clásicos, con todos sus requisitos de rima, métrica y ritmo, pero también preciosas composiciones en verso libre. Los aficionados a la creación pictórica van a poder deleitarse tanto con obras de corte plenamente figurativo, pero también con otras piezas que se adentran en la abstracción más puramente psicológica. Pero sobre todo, unos y otros tendrán ocasión de disfrutar y ser partícipes de ese diálogo entre lo literario y lo visual. Y aún tendrá más interés contemplar las cinco obras en las que el poeta es también ilustrador, puesto sus capacidades estarán al servicio de una misma idea, no es necesario un proceso previo de compresión de lo que el escritor quiso decir, sino que todas las ideas, todas las formas, todas las palabras, todos los colores vienen de la misma mente.

Tanto los artistas como los poetas han colaborado en distintos aspectos con la organización, la comunicación ha sido fluida y las aportaciones numerosas. A modo de ejemplo, el cartel anunciador del certamen ha sido realizado por Nacho de La Rubia, quien consiguió una imagen llena de significado y que ha sido un elemento imprescindible para dotar de identidad a otros materiales necesarios para el desarrollo del salón.

El Futuro

Los participantes en esta exposición han firmado también un documento de cesión de la obra conjunta para este salón, el objeto es que este certamen tenga, por un lado, un carácter itinerante, con el que pueda recorrer diferentes localidades de la provincia, pero también que todas estas obras, así como las que conformaron las tres ediciones anteriores del salón puedan reunirse en el futuro en un museo, un espacio situado en alguna localidad de provincia que se convierta en un lugar de encuentro para artistas de distintas disciplinas.

En este sentido, el propio Museo López Villaseñor ha sido también un colaborador activo en el desarrollo del salón, puesto que durante varios días del pasado mes de febrero se convirtió en lugar para depositar el documento de cesión de las obras.

Dotar al salón de un carácter itinerante es también un acto de justicia y una forma de que el diálogo entre distintas formas de expresión se amplíe. No en vano los poetas y pintores reunidos en esta cita proceden de muy diferentes localidades; Ciudad Real, por supuesto, pero también Almagro, Bolaños, Castellar de Santiago, Campo de Cripitana, Daimiel, Miguelturra, Montiel, Pozuelo de Calatrava, Puertollano, Tomelloso, Torralba de Calatrava, Valdepeñas, Villanueva de los Infantes y hasta Toledo, Málaga o Madrid, son algunos de los municipios de donde han llegado poemas o pinturas para esta cita.

Filosofía

El Salón del Poema Ilustrado es una idea lanzada por el director del Celcit y del Teatro Laboratorio La Veleta, Luis Molina. Su primera edición se remonta a 2015, cuando se desarrolló en el Centro de Visitantes de Almagro, con el encabezamiento Salón del Poema Ilustrado. Encuentro de Creadores, pero sus verdaderos orígenes son muy anteriores. El propio Luis Molina ya organizó un evento similar en 1968, pero aquel tuvo lugar en San Juan de Puerto Rico. Con la participación de poetas y artistas latinoamericanos.

Años más tarde, con el Celcit sólidamente establecido en Almagro, Molina recuperó la idea, insistiendo especialmente en esa faceta de encuentro, de ir más allá de una exposición que cuelga una serie de cuadros sobre una pared, para buscar una realidad nueva que surge de la colaboración entre el artista y el pintor, de modo que no sólo crean una obra conjunta, sino que ambos se ven afectados por la acción del otro y con ello alcanzan una nueva dimensión en su labor creativa. Esta propuesta tuvo después una segunda edición que se inauguró en la Casa de la Encomienda de La Solana, en 2017. De nuevo en 2019 se volvió a armar el salón, esta vez con el salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado como escenario inaugural. Ahora, en 2022, después del paréntesis de la pandemia, se han reunido 36 obras, más del doble de las que se dieron cita hace tres años. Ese crecimiento fue una de las principales razones para solicitar la colaboración del Ayuntamiento de Ciudad Real y que la muestra se desarrolle en el Museo López Villaseñor, un centro cultural de referencia para toda la provincia.

El Celcit tiene una larga trayectoria en esa propuesta de integrar el trabajo de creadores de distintas ramas, desde su planteamiento teatral se ha acercado a la poesía, a la música, a las artes plásticas y ha propiciado el diálogo entre todas ellas. El pasado domingo, en Almagro, se realizó una celebración conjunta con motivo del Día de la Poesía (21 de marzo) y el Día Mundial del Teatro (27 de marzo), que se plasmó en un homenaje, pictórico, poético, teatral y musical a la poeta Manolita Espinosa. Los poemas de la escritora almagreña fueron el fundamento vivificador de una obra de teatro, de varias canciones de autor, de un mural pictórico y un recital poético.

Relación de obras