El día del Solsticio de Verano es el día más largo del año: la luz triunfa sobre la oscuridad antes de que los días se hagan más poco a poco más cortos. Este día se ha celebrado desde la antigüedad en diferentes civilizaciones y lugares del planeta. Muchos monumentos importantes fueron construidos orientados a la posición del sol en esta fecha.
El Solsticio de Verano es una celebración del regreso a la luz y nos recuerda nuestra propia luz y nuestro potencial.
Tras la siembra de la primavera, el verano nos invita a disfrutar a la espera de la cosecha. Si la primavera representa la renovación y el inicio de nuevos comienzos, el verano representa el descanso para encontrar nuestro propósito, nuestro camino y nuestra dirección. Es por eso que en muchas celebraciones del Solsticio de Verano y de la Noche de San Juan se realizan rituales para manifestar nuestra intención, dejando atrás lo que ya no deseamos y abriéndonos a lo nuevo. El elemento fuego está presente en muchas celebraciones por su poder transmutador.
Aunque el buen tiempo y las largas horas de luz nos invitan a disfrutar y al encuentro con los demás, es también el momento de la introspección para descubrir nuestro fuego interno, nuestra propia luz y nuestro potencial para poder expresarlo.
En este taller danzaremos juntos para iniciar el verano integrando todas estas energías y así vivirlo con más conciencia, confianza, gozo y plenitud.